The Virginity Test
- New Society
- 17 sept 2020
- 7 Min. de lectura
How many of you would pass this test?

But rest assured, men, you have nothing to worry about, there is no need for you to go through this. In fact, this procedure is only done on women and girls in order to draw a conclusion about their virginity.
“Virginity tests" are a routine part of criminal proceedings in some countries. When women or girls are accused of "moral crimes," such as sex outside marriage, police, prosecutors, and judges regularly send them to government doctors. After an examination, doctors submit reports in which they draw conclusions as to whether girls and women are "virgins," and they also often draw more detailed - and often damning - conclusions about their sexual histories. These reports are used in court as evidence and have resulted in long prison sentences for many women.
The test
These virginity tests check whether a woman's or girl's hymen - the thin tissue that can partially cover the vagina - is torn, in an effort to determine whether she has had vaginal intercourse.
Many people mistakenly believe that virginity can be determined by the state of the hymen. It is generally believed that the hymen is torn when a woman or girl first has sexual intercourse. This is simply not true. Some girls are born without a hymen. The hymen is often broken during daily non-sexual activities, and some hymens remain intact after intercourse.
The World Health Organization has even said, many times, that virginity tests have no scientific validity and that health workers should never perform them.
One of the methods used by doctors, for example, is the so-called "two-finger test", in which two fingers are inserted into the woman or girl's vagina to determine its laxity. And, this procedure is performed, I repeat, without any scientific basis or medical utility.
These tests are totally invasive, humiliating, performed without meaningful consent - or sometimes none at all - and can constitute sexual assault.
The United Nations calls virginity testing "painful, humiliating and traumatic" and has expressed its desire to ban it globally, as women and girls continue to be tested in several countries. The practice has been documented in nearly 20 countries, from the Middle East to parts of South and South-East Asia, Africa, South America and Europe. According to the World Health Organization, amid increasing globalization and migration, "requests and cases for virginity testing are emerging in countries with no known history of the practice, including Belgium, Canada, the Netherlands, Spain and Sweden.

Case: Afghanistan
In the case of Afghanistan, these procedures are very common because it is a very conservative country which places great value on female virginity.
Although many of the restrictions of the Taliban era have been dismantled, human relations - and female sexuality in particular - remain strictly controlled. Just admitting publicly to having sex with a man outside marriage remains a punishable offence in the country, and Afghan police routinely interrogate those who fraternise in public.
It is therefore very common for women and girls to be subjected to this test. These tests can be conducted with a woman's consent or by court order if women and girls are accused of "moral crimes," such as elopement or premarital sex. However, several civil society organisations report that women are often tested without consent.
The lack of satisfactory answers or evidence of a legal and moral association can lead to an arrest and investigation, largely focused on the character of the woman involved. In 2013, Human Rights Watch estimated that "half of all women in prison, and about 95% of girls in juvenile detention in Afghanistan, had been arrested on 'moral crimes' charges. Almost all of these women are believed to have undergone virginity tests.
In Afghanistan, efforts have been made to curb this practice. President Ashraf Ghani issued an order that essentially prohibited virginity testing without a woman's consent - considered a human rights violation by the WHO - in the nation's hospitals and clinics. A coalition of public health advocates and local leaders are spreading the word in health care facilities across the country. However, the practice remains widespread, and earlier orders from the country's Independent Human Rights Commission failed to persuade many judges, prosecutors and other local staff to abandon virginity testing.
Civil society organisations now support an unconditional ban on virginity testing, claiming that it violates human rights, has no scientific basis and does nothing to protect women.
These aggressive tests damage women's dignity, emotional health and social status. This is a social, cultural and political issue and its elimination will require a comprehensive social response supported by the community. No girl or woman should have to go through this examination; it is unscientific and humiliating.
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La Prueba de Virginidad
¿Cuántos de ustedes pasarían esta prueba?
Pero tranquilos hombres, ustedes no tienen de que preocuparse, no hay necesidad de que ustedes pasen por esto. De hecho, este procedimiento solo se realiza a las mujeres y niñas con el fin de sacar una conclusión sobre su virginidad.
Los "exámenes de virginidad" son una parte rutinaria de los procedimientos penales en algunos países. Cuando las mujeres o las niñas son acusadas de "delitos morales", como el sexo fuera del matrimonio, la policía, los fiscales y los jueces las envían regularmente a los médicos del gobierno. Tras examinarlas, los médicos presentan informes en los que llegan a conclusiones sobre si son "vírgenes", y también suelen sacar conclusiones más detalladas -y a menudo condenatorias- sobre sus historias sexuales. Estos informes se utilizan en los tribunales como prueba y han dado lugar a largas penas de prisión para muchas mujeres.
¿En qué consiste?
Estos exámenes de virginidad comprueban si el himen de una mujer o una niña - el fino tejido que puede cubrir parcialmente la vagina - está desgarrado, en un esfuerzo por determinar si ha tenido relaciones sexuales vaginales.
Muchas personas creen, erróneamente, que la virginidad se puede determinar por el estado de himen. Generalmente, se cree que el himen se rompe cuando una mujer o una niña tiene relaciones sexuales por primera vez. Esto simplemente no es cierto. Algunas chicas nacen sin un himen. El himen a menudo se rompe durante las actividades diarias no sexuales, y algunos hímenes permanecen intactos después de la relación sexual.
Incluso, la Organización Mundial de la Salud ha dicho, múltiples veces, que las pruebas de virginidad no tienen validez científica y que los trabajadores de la salud no deberían realizarlas nunca.
Por ejemplo, uno de los métodos empleado por los médicos, es la llamada "prueba de los dos dedos", en la que se introducen dos dedos de las manos en la vagina de la mujer o la niña para determinar su laxitud. Y, este procedimiento lo realizan, repito, sin tener ninguna base científica o utilidad médica.
Estos exámenes son totalmente invasivos, humillantes, realizados sin un consentimiento significativo - o a veces ninguno - y pueden constituir una agresión sexual.
La Organización de las Naciones Unidas, denominan la prueba de virginidad como "dolorosa, humillante y traumática" y ha expresado su deseo de prohibirla a nivel global, ya que, las mujeres y las niñas siguen sometiéndose a este examen en varios países. Esta práctica se ha documentado en casi 20 países, desde el Oriente Medio hasta partes de Asia meridional y sudoriental, África, América del Sur y Europa. Según la Organización Mundial de la Salud, en medio de la creciente globalización y migración, "están surgiendo solicitudes y casos de pruebas de virginidad en países que no tienen antecedentes conocidos de la práctica, entre ellos Bélgica, el Canadá, España, los Países Bajos y Suecia".
El caso de Afganistán
En el caso de Afganistán, estos procedimientos son muy comunes debido a que es un país muy conservador el cual se le concede gran valor a la virginidad femenina.
Si bien se han desmantelado muchas de las restricciones de la época de los talibanes, las relaciones humanas -y la sexualidad femenina en particular- siguen siendo objeto de un control estricto. El simple hecho de admitir públicamente que se ha mantenido relaciones sexuales con un hombre fuera del matrimonio sigue siendo un delito punible en el país y, la policía afgana interroga, habitualmente, a quienes fraternizan en público.
Es muy común entonces, que se someta a las mujeres y a las niñas a esta prueba. Estos exámenes pueden realizarse con el consentimiento de una mujer o por orden judicial si se acusa a las mujeres y las niñas de "delitos morales", como fugarse o tener relaciones sexuales prematrimoniales. Sin embargo, varias organizaciones de la sociedad civil afirman que a menudo se somete a las mujeres a pruebas sin consentimiento.
La falta de respuestas satisfactorias o de pruebas de una asociación legal y moral, puede dar lugar a una detención e investigación, centrada en gran medida en el carácter de la mujer implicada. En 2013, Human Rights Watch estimó que "la mitad de todas las mujeres en prisión y alrededor del 95 por ciento de las niñas en detención juvenil en Afganistán, habían sido arrestadas por cargos de 'delitos morales'". Se cree que casi todas estas mujeres han sido sometidas a pruebas de virginidad.
En Afganistán, se han hecho esfuerzos para poner freno a esta práctica. El presidente Ashraf Ghani, emitió una orden que esencialmente prohibía la prueba de virginidad sin el consentimiento de la mujer -considerada una violación de los derechos humanos por la OMS- en los hospitales y clínicas de la nación. Una coalición de defensores de la salud pública y líderes locales, se encargan de difundir la palabra en las instalaciones de atención de salud en todo el país. Sin embargo, la práctica sigue estando muy extendida, y las órdenes anteriores de la Comisión Independiente de Derechos Humanos del país, no lograron persuadir a muchos jueces, fiscales y demás personal local para que abandonaran la realización de las pruebas de virginidad.
Actualmente, organizaciones de la sociedad civil apoyan la prohibición incondicional de las pruebas de virginidad, asegurando que violan los derechos humanos, que carecen de base científica y que no hacen nada para proteger a las mujeres.
Estos exámenes agresivos dañan la dignidad, la salud emocional y la condición social de la mujer. Esta es una cuestión social, cultural y política y, su eliminación requerirá una respuesta social integral apoyada por la comunidad. Ninguna niña o mujer debería tener que pasar por este examen; es poco científico y humillante.

LAURA RODRIGUEZ
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